Tuve la suerte de volver en vacaciones de verano de 2005, pero no me dió tiempo de pintar, ya que preocuré conocer la ciudad y no perderme involuntariamente en ella.
Durante ese otoño conseguí viajar por dos veces, aprovechando las compañías aéreas de vuelos baratos y los "puentes" laborales del otoño, y en la segunda ocasión sí que pude pintar "in situ" acuarelas de tamaño mediano.
Una de las cosas que más me impresionó, en aquella ocasión y siempre que voy y me apuesto en algún rincón a pintar, es el profundo silencio en sus canales, interrumpido por algún toque matutino de campanas, o el navegar de alguna pequeña embarcación.
Pinté un apunte con poca fortuna que almacené por no tirar y que está en suspenso hasta que decida cómo terminarla. Se puede observar en el enlace:
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